De tornillo, con lengua, pasionales, furtivos, dulces, con choque de dientes, piquitos… Hay decenas de tipos de besos cuya intensidad y características tienden a venir marcadas, más que por sus nombres, por quiénes lo están efectuando. Un gesto de afecto, de saludo o de respeto, que realmente cobra protagonismo cuando entra en la categoría de 'los de amor'. Es entonces cuando nos ponemos melosones y nos da por pensar cómo de bien o mal lo hacemos nosotros, porque...
¿realmente besas bien?
Con la referencia mental de esos impresionantes besos que hemos visto en cientos de películas, creemos que la lógica para conseguir dar el perfecto, al más puro estilo Jimmy Stewart y Donna Reed en '¡Qué bello es vivir!', debe incluir como mínimo: manos apoyadas sobre el pecho o cuello de la otra persona, inclinación de cabeza, cierre de ojos y, ya puestos, levantamiento de pie para darle más magia al momento.
Pero, un momento: ¿por qué cerramos los ojos? ¿acaso no queremos ver de cerca el rostro y ojos de la persona amada? Los científicos acaban de encontrar la verdadera razón por la que bajamos nuestros párpados cuando nuestros labios se unen con alguien. Y probablemente ni te la imaginas.
¿Preferimos no mirar?
Un equipo de psicólogos del centro Royal Holloway de la Universidad de Londres ha decidido dar explicación a uno de los grandes misterios de la psique humana. Tras realizar pruebas visuales y medir las respuestas de un grupo de personas cuando eran tocadas mientras se besaban, dieron con la clave: cerramos los ojos porque nuestro cerebro no puede hacer frente a más de dos cosas a la vez.
“Cuando unimos los labios a los de otra persona, nuestros cerebros tienen dificultades para procesar las sensaciones provenientes del contacto físico si el poder cognitivo también está siendo utilizado para analizar lo que vemos. La conciencia táctil depende del nivel de carga perceptiva que se dé en una tarea visual simultánea”, explicaron Polly Dalton y Sandra Murphy, autoras principales del estudio que acaba de publicarse en la revista 'Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance'.
Fuente: El Confidencial
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