La resolución de la exclusiva cebada durante días por laSexta ha estado a la altura de lo esperado: una investigación internacional orquestada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en la que medios de 76 países han tenido acceso a 11,5 millones de archivos que revelan los dueños de empresas offshore en Panamá. La Infanta Pilar de Borbón, Almodóvar o Messi son solo algunas de las personalidades que han tenido en algún momento una empresa de este tipo en el país centroamericano, ya que el escándalo salpica al primer ministro de Islandia y hasta al entorno de Putin.
Desde que laSexta y El Confidencial hicieran pública la naturaleza de la investigación muchos nombres y detalles se están filtrando, aunque es posible que muchos ciudadanos de a pie no entiendan bien del todo qué es una sociedad offshore. Se trata de empresas cuya sede se ubica en un país en el que no ejercen ninguna actividad económica, normalmente un paraíso fiscal. Panamá ya no está considerado por España como paraíso fiscal gracias a un acuerdo de transparencia firmado en los últimos años, pero la Unión Europea sigue considerando que el país no ofrece información absolutamente clara.
En principio, nada. De hecho, en España es legal tener el dinero en un paraíso fiscal, siempre y cuando el Estado tenga conocimiento de ello y de las sumas que se manejan. El problema es que, a menudo, suele ser utilizado para ocultar dinero de procedencia ilegal o manejar grandes fortunas desde el anonimato, ya que el dueño de las empresas offshore nunca es revelado. Para ello, muchas veces se utilizan testaferros que, a cambio de una considerable suma de dinero, ponen su nombre en la sociedad para mantener oculto la identidad de los dueños de las fortunas. Todo esta opacidad hace sospechoso el hecho de tener una de estas sociedades.
Los costes para tener una sociedad offshore son prácticamente nulos, unos 1.000 dólares para constituirlas, y la burocracia se reduce a un plazo inferior a 24 horas. Igual que en la Administración pública, vaya. A nivel fiscal, por supuesto, no es necesario pagar impuestos ni declarar estas actividades. Por tanto, al tratarse de grandes fortunas se estaría hablando de grandes cantidades de ciudadanos que nunca contribuyeron fiscalmente a sus países de origen.
La filtración proviene del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca y llegó a manos de dos periodistas alemanes del Süddeutsche Zeitung. Según ha informado el despacho a sus clientes, el origen es un hackeo informático, si bien los periodistas que recibieron la información nunca supieron el nombre ni el autor de la filtración.
Fuente: Los Replicantes
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